EL AMOR UNIVERSAL INFINITA COMO PRINCIPIO MENTAL DE LA NATURALEZA EN EVOLUCIÓN COSMICA
EL AMOR
UNIVERSAL INFINITA, COMO
PRINCIPIO MENTAL
DE LA
NATURALEZA EN EVOLUCIÓN
COSMICA
Sintetizado de
los libros “Teoría Biocéntrica del Cosmos” (Vida increada al interior y
contorno de las partículas subatómicas) y “Origen Electromental de los
Terremotos y otros Desastres” (Nuestros pensamientos positivos o negativos,
deciden el destino feliz o infeliz del mundo). Resumido por su autor, Robert
Salas Falconi.
Si
para explicar un fenómeno cualquiera todo lo reducirnos al experimento,
medición y pesada (números, materia y energía), pensaremos que esta trinidad de
conceptos, es la realidad última de las cosas. Con esta idea, creeremos que la
naturaleza inorgánica, orgánica y biológica, funciona sin consciencia ni
libertad o por decir así; actúa ciegamente, sin distinguir el pequeño
del grande, arriba de abajo, redondo del cuadrado, o bien, sin saber lo que es
derecha ni izquierda.
Llegará
el día en el que los académicos, descubran que más allá de la materia en
cualquiera de sus estados y formas finitas; está la vida discreta increada (no
creada) como realidad última o causa básica de toda existencia física y psíquica,
visible e invisible. Ese día, sabrán que las leyes físicas y psíquicas de la
naturaleza, han sido establecidas por la vida universal increada; infinita en
el espacio y eterna en el tiempo. Esta vida universal infinita; ostenta poder
mental supraconsciente y subconsciente, lógica (inteligencia) inductiva y
deductiva, designio inteligente de carácter social y biológica. Con estos
poderes psíquicos, la vida universal infinita, crea por involución, evolución y
devolución mental, a todos los estados y formas finitas que establecen, a la materia
universal infinita.
Cada
vida protónica que autogira sobre su protón, posee carga psíquica positiva.
Esta carga mental procedente de la vida estelar a través del sol, consiste en
el designio social (propósito de la vida protónica), lógica inductiva y poder
mental supraconsciente. Aquí, la segunda potencia mental de la vida estelar, es
la atracción mental, expresada en el mundo físico, como amor universal
infinita.
Cada
vida neutrónica que autogira sobre su neutrón, posee carga psíquica negativa.
Esta carga mental derivado de la vida planetaria por medio de la Tierra,
consiste en el designio biológico (propósito de la vida neutrónica), lógica
deductiva y poder mental subconsciente. Aquí, la segunda potencia mental de la vida
planetaria, es la repulsión mental revelada en el mundo físico, como egoísmo
universal infinito. Por estos hechos, el protón y el neutrón, con sus cargas
psíquicas opuestas, fundan el núcleo atómico; por la cual, cada átomo de la
materia inorgánica, orgánica, biológica y humana, radian simultáneamente,
vibraciones psíquicas de amor y egoísmo.
Debido
a que cada átomo posee en cada uno de sus protones fuerzas de atracción mental
o amor; y en sus neutrones, fuerzas de repulsión mental o egoísmo; la ley de la
polaridad universal, actúa de manera diferente en los mundos paralelos. En el
mundo invisible por ejemplo, se conduce como fuerzas de repulsión y atracción
mentales; en el mundo visible en cambio, como fuerzas de repulsión y atracción
físicas. Esta unidad de fuerzas físicas opuestas; hace posible que exista
materia finita tal como percibimos y manipulamos. Si existiera sólo la
atracción, todas las micropartículas que forman átomos, se aglutinarían en una
masa compacta de materia universal infinita. Por el contrario, si dominase sólo
la repulsión, la materia infinita, se esparciría como el azúcar en el agua y
formar así, materia finita concentrada en un átomo como antes del supuesto Big
Bang.
En
el mundo material o visible, solo la unidad indisoluble de las fuerzas físicas
opuestas de repulsión y atracción; constituyen, una condición inevitable para
el autodesarrollo de la naturaleza una vez que haya surgido a la existencia,
una micropartícula a partir, de una vida discreta. Pero en el mundo psíquico o
invisible, la suma de las atracciones mentales de cada persona protónica
(buena) no es igual ni paralela a la suma de las repulsiones mentales de cada
persona neutrónica (mala). Por eso, en el mundo de hoy, existen más gentes
protónicas que las neutrónicas. Las personas protónicas o las mayorías, están libres;
mientras que las personas neutrónicas o las minorías, se hallan en las
cárceles.
La
atracción mental, se manifiesta por medio del corazón (órgano del sentimiento),
como energía amorosa en las personas evolucionadas o protónicas. La repulsión
mental en cambio, se revela a través de las glándulas endocrinas, como egoísmo
en las personas inferiores o neutrónicas. La evolución cósmica por medio de
repetidas reencarnaciones en cada nuevo zigoto, es la que transforma a las
personas neutrónicas o malas en protónicas o buenas. Por eso, a pesar de las
pasadas guerras, crueldades y pasiones extremas, existe hoy, más solidaridad, comprensión
y buena voluntad que antes. En
suma, hay más amor universal que en otras épocas pasadas de nuestra existencia
individualista en la que imperaba, el egoísmo y la indiferencia.
De
hecho, las vibraciones psíquicas de la repulsión mental expresada como egoísmo,
jamás predominará sobre las ondas psíquicas de la atracción mental manifestada
como amor. El amor universal infinito o divino como se dice en las religiones,
es una forma de energía mental autoconsciente, omnipresente y creadora; como
tal, es de la más alta frecuencia vibratoria, comparable sólo con la propia
vida universal infinita que todo crea (por auto transformación de sí), conserva
y destruye.
La
vida estelar con su poder mental supraconsciente, lógica inductiva, designio
social y por medio de las vidas protónicas y sus protones; establece en
nuestros corazones o en cada ADN, sentimiento de amor físico, psíquico y
cósmico. La vida planetaria en cambio, con su poder mental subconsciente,
lógico deductivo, designio biológico y a través de las vidas neutrónicas y sus
neutrones; establece en nuestras glándulas endocrinas, sentimientos de
indiferencia y egoísmo.
Debido
al amor universal infinita en cada ADN de las células cardiacas, por cada acto
de bondad y servicio desinteresado, la energía viviente llamado amor,
resplandece y contornea al corazón de manera fosforescente. Es más, desde el
corazón psíquico (molde mental del corazón físico) de las personas buenas, el
amor fluye en forma de vibraciones mentales de varios colores como el arco
iris; es decir, como una corriente mental iridiscente o rayo de luz, hacia el
corazón de los animales o personas a quienes damos sin esperar nada, amor, cariño
y bondad.
El
verdadero amor, no es una mera emoción o afectividad a cambio de algo como el
amor humano en su aspecto sensual. En el cosmos infinito y paralelo, el amor
universal, es la única fuerza mental con atracción psíquica tan poderosa con la
cual, la vida universal infinita; incesantemente construye, conserva y destruye
para así, transformar a nuestro universo
sin principio, centro ni fin.
El
amor universal infinito, está regulado en siete escalones evolutivos de una
escalera imaginaria. El extremo inferior de esta escalera, descansa en las
tinieblas (ignorancia) y el superior, en la luz (sabiduría), como la escalera
de Jacob. El primer, segundo, tercer, cuarto y quinto peldaños, son la
indiferencia, egoísmo, simpatía, solidaridad negativa y positiva. El sexto y
séptimo peldaño entretanto, es altruismo y filantropía. El amor, para la propia
satisfacción, es egoísmo, por eso ocupa el primer peldaño; pero cuando es para
beneficio de los demás, es altruismo que implica filantropía y sacrificio, por
eso ocupa el peldaño superior de la escalera evolutiva.
Robert
Salas Falconi
Autor de los
libros:
1.-”Teoría
Biocéntrica del Cosmos” (vida increada al interior y contorno de las partículas
subatómicas)
2.- “Origen
Electro Mental de los Terremotos” (Nuestros pensamientos positivos o negativos,
deciden el destino feliz o infeliz del mundo)
3.- Pronto; “Los
Terremotos y la Transformación del Mundo” (Nuestro salto atómico y salto
cuántico a la 5ta. Dimensión)
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