PROPIEDADES PSICOFÍSICAS DE LA VIDA UNIVERSAL
TEORÍA BIOCÉNTRICA
DEL COSMOS:
PROPIEDADES PSICOFÍSICAS
DE LA VIDA
UNIVERSAL
(PERSONAS
Vs INDIVIDUOS)
Condensado
de la Teoría Biocéntrica del Cosmos (vida al interior y contorno de las
partículas subatómicas). Esta singular teoría peruana como una tercera
concepción del mundo, es divulgada en forma de Filosofía Física Biocentrista.
Esta novísima teoría o filosofía y expuesta en parte en mi primer libro,
constituye un nuevo y radical modo de ver y sentir, al cosmos paralelo; esto
es, al universo visible e invisible, psíquico y físico. Por eso es conocida por
mis seguidores, como Metafísica Biocentrista o Cuántica.
Como
señale en otros artículos, en nuestro organismo finito y en el universo
infinito; solo existen, dos únicas realidades inversas entre sí; pero en
cohesión electromental reciproca. Estas realidades vibratorias, es la vida
universal infinita y la materia universal también infinita. La vida universal
eterna en el tiempo, es creadora por medios evolutivos, de todos los estados y
formas de materia inorgánica, orgánica y biológica; mientras que la materia
universal ilimitada es también, eterna en su forma infinita, pero es
destruible, en su estado o forma finita que
se puede pesar, medir y computar.
La
vida universal, infinita, increada (no creada) y multidimensional en cuyo
interior gira el cosmos tridimensional; posee dos atributos o propiedades no
compatibles. Pero son concomitantes, en el instante que la vida increada, crea
de manera evolutiva, a todos los estados y formas finitas que constituyen la
materia infinita. La primera propiedad de la vida increada, es el poder
psíquico constituido por la consciencia, mente y memoria; el segundo en cambio,
es el poder físico conformado por los conceptos de tiempo, espacio y masa.
Cuando los poderes psíquicos (consciencia, mente y memoria) se conectan, surge
la lógica o inteligencia inductiva y deductiva de la vida mineral, vegetal,
animal y humana; los que establecen, a la vida planetaria multidimensional; en
cuyo interior, gira nuestro planeta tridimensional.
Con
la inteligencia inductiva y deductiva, la vida universal infinita; Crea,
Conserva y Destruye a todas las cosas finitas e infinitas, a todos los fenómenos
y manifestaciones. Al núcleo central interno de la vida universal infinita
dicho sea de paso, las religiones de Oriente y Occidente, denominan; DIOS
trascendente o inmanente, deísta o teísta.
Ahora
bien, el segmento esférico de la vida humana imperceptible y eterna que diseña,
crea y sustenta a nuestro organismo mortal; es indivisible de la vida universal
infinita. Nuestro organismo o materia humana entre tanto, es indisoluble de la
materia universal o cosmos sin fin. Porque es indisoluble de la vida universal
infinita, nuestra vida huma increada; con su inteligencia inductiva y deductiva
más su poder psicofísico; crea, conserva
y aniquila a las células de los órganos y tejidos de nuestro organismo. Cuando
expira el organismo, la vida humana; abandona al cadáver para volver a
reencarnar, en una nueva célula diploide (zigoto) y nacer a los nueve meses y
eventualmente, en un nuevo país, una nueva familia con nuevos padres sean pobres
o ricos según la ley de causa – efecto o karma.
Una
vez que nuestro organismo es creada (por la vida humana) a partir de una
sola
célula zigoto (ovulo + espermatozoide), la vida humana, implanta en la
consciencia primitiva del recién nacido; dos nuevos atributos conocidos como
Dolor y Placer. El centro interno de la vida humana redonda y en evolución, es
el dolor y el extremo opuesto o la tangente esférica, es el placer. Dolor y
placer entonces, son fuerzas psicofísicas que sutilmente; nos conduce al cambio
de consciencia, mentalidad y conducta de un estado inferior a otra superior
hasta tornarnos de individuos en personas.
La
vida humana inmortal y alojada temporalmente en el organismo mortal, hace que
nos alejemos de una condición dolorosa a otro placentero. Durante nuestro
alejamiento, satisfacemos primero, a nuestras urgencias físicas o primitivas; después
buscamos comodidad, confort y riqueza personal, luego familiar. Todo esto
constituye, nuestra necesidad física que satisfacemos, con actividades egoístas que no distan mucho, de
la conducta de los animales, cuyo único propósito; es comer, dormir y
reproducirse.
A
los individuos (no a las personas) rezagadas en sus evoluciones psíquicas o
mentales, nada les llama la atención, nada les interesa o importa excepto; satisfacer
sus cuatro apetencias primitivas que todos tenemos. Estas apetencias
instintivas, son el deseo de tener en nuestras manos; el poder, la riqueza, el amor
(sexual) y la fama. Pero aquellos que son personas (no los individuos), además
de sus cuatro necesidades glandulares; ostentan una propiedad adicional que los
distingue de otras personas, individuos y animales. Este nuevo atributo; está constituida
por múltiples propósitos, convicciones e ideales altruistas y filantrópicas.
Esta nueva propiedad, es adquirida en una larga evolución psicofísica y en
espiral; esto es, a través de repetidas reencarnaciones. El que reencarna, no es
el alma o el espíritu como se cree de ordinario; si no más bien, es la propia
vida humana desencarnada de su organismo fallecido. Alma o espíritu, son términos
teológicas, que utilizan las religiones; para describir a la consciencia, mente
y memoria de una vida humana que carece temporalmente, de un cuerpo de carne y
hueso.
Los
individuos o sujetos, nunca sienten ni tienen ideales, convicciones ni
propósitos por que luchar; ellos, solo tienen deseos egoístas de interés y
beneficio propio y familiar. Estos deseos egoístas, son necesarias, solo para
suplir las urgencias físicas de nuestro organismo; más no, para satisfacer las
necesidades de nuestra consciencia y mente evolucionadas propias de una vida
humana superior reencarnado o desencarnado de su organismo.
En
las personas en cambio, sus vidas
humanas altamente evolucionadas, les orienta por medio de la consciencia, mente
y memoria; no solo a satisfacer sus necesidades primitivas; si no también, las
necesidades psíquicas o mentales sí mismos y de la humanidad. Así vemos que en
el mundo, existen dos clases de hombres y dos necesidades. El hombre con título
de persona y aquellos, con subtítulos de individuos o sujetos; así también, las
necesidades físicas y las psíquicas. La primera necesidad, urgido por la mente subconsciente
a través de las glándulas endocrinas y procesos electroquímicos; es privativo
de nuestro organismo. La segunda en cambio, urgido por el mismo subconsciente
pero evolucionado; es de la vida humana, asentada en un organismo.
En
el hombre inferior, su consciencia rezagada, le induce únicamente, a satisfacer
sus necesidades físicas. En el hombre superior o persona en cambio, debido a su
consciencia y mentalidad avanzada, toda su actividad; está orientada a realizar,
las tres necesidades psíquicas; es decir, lucha por sus ideales, propósitos y
convicciones altruistas. Las personas evolucionadas, intencionalmente reorientan
sus existencias, hacia condiciones de dolor y sufrimiento para soportar con
abnegación; el sacrificio consciente de su propia felicidad; incluso sufrir con
estoicismo, como precio o tributo de sus ideales altruistas y/o filantrópicas.
Ningún
hombre que busca solo satisfacer sus necesidades físicas o solo las psíquicas;
puede ser feliz. Para la paz mental, es necesario que exista un estado de
equilibrio entre la satisfacción de ambas necesidades. Si aceptamos que la
felicidad es consecuencia de la paz mental; entonces, este último, deriva de la
perfección humana. Pero, ¿Qué es la perfección humana? La perfección en
realidad, es tener la capacidad de subordinar las fuerzas del subconsciente o instinto
a las fuerzas, de la razón inductiva, deductiva y silogística. Esta parte del
tema requiere una amplia explicación; al hacerlo, me saldría de este artículo;
por lo que diré la perfección, es la capacidad de saber sentir y balancear las
demandas de nuestra vida humana superior; que nos pide, a través de nuestro
organismo.
Nuestra
perfección mientras residimos en nuestro organismo, es saber percibir las
necesidades psíquicas de la vida humana, es saber sentir, los ideales de
solidaridad y las filantrópicas que nos llegan de la vida humana superior y se
manifiestan, en nuestra consciencia evolucionada. Es también, saber satisfacer equilibradamente,
las necesidades, del organismo y de la vida o del espíritu como dicen las
religiones. Cuando se hace caso omiso a las demandas de la vida humana superior,
el hombre se halla en desarmonía con su propia mente subconsciente; y el
subconsciente, también, se desarmoniza con la mente universal que procede de la
vida infinita. Cuando ocurre estas desarmonías entre la mente finita del hombre
y la mente infinita del universo; sobreviene nuestra infelicidad.
“Con mis sinceros deseos de paz profunda, abundancia
y armonía contigo mismo y con el mundo, me reitero”
Sincera,
fraterna y ontológicamente
Robert
Salas Falconi
Ensayista y
creador de la Filosofía Física Biocentrista
(Metafísica biocentrista o cuántica)
Fundador de la Fraternidad Ontológica Universal
Enlace o
Link: teoriabiocentricadelcosmos.blogspot.com
Teléfono:
056 – 211690 Ica – Perú
Autor de los libros:
1.-”Teoría Biocéntrica del Cosmos”
(vida increada al interior y contorno de
las partículas subatómicas)
2.- “Origen Electro Mental de los Terremotos” (nuestros
pensamientos positivos o negativos, deciden el destino feliz o infeliz del
mundo)
3.- En preparación. Título por re definirse
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